¿Qué prefieres: ser víctima o protagonista de tu vida?
Si eliges ser víctima siempre serás inocente. La víctima despierta la compasión ajena, es la que merece atención y simpatía.
Cuando alguien asume el papel de víctima, se predispone a no hacer nada. Y aunque se sienta incomodado por algo o alguien, encuentra su “paz” en el hecho de poder justificarse: “Yo no lo quería así, pero no puedo hacer nada para cambiarlo”.
Si eres víctima no serás parte del problema, pero tampoco de la solución; solo serás un espectador.
Cuanto más víctima eres, menos control tienes de tu propia vida; te cuesta avanzar y crecer.
Si no asumes responsabilidad alguna la culpa es externa, y entonces no podrás hacer nada para cambiar, el precio de la inocencia es la impotencia.
En cambio, si eliges ser protagonista y aprendiz, te verás como parte del problema y también de la solución; afrontarás las consecuencias de tu conducta y aprenderás de tu fracaso/error.
Asume tu responsabilidad y crecerás.