La culpabilidad funciona como un mecanismo de defensa para liberarnos de la tensión que implica asumir nuestra propia responsabilidad; cuando ponemos la culpa fuera, el culpable es el otro y nosotros automáticamente somos la víctima. Y cuando alguien asume el papel de víctima, se predispone a no hacer nada.
Por el contrario, los responsables son aquellos que buscan soluciones a sus problemas.
Las personas no nacemos víctimas o responsables, sino que es una elección personal. Con el paso de los años tu actitud se moldeará, de un modo u otro, en función de lo que tú decidas y con qué frecuencia.