Qué es procrastinar:

La procrastinación consiste en el aplazamiento constante de tareas; el resultado suele ser un desempeño bastante mediocre de las mismas y una sensación de estrés, frustración y culpa. En mayor o menor medida, todos hemos procrastinado alguna vez.

¿Por qué actuamos así?

Principalmente por tres razones:

  1. La satisfacción que ofrece aplazar la tarea en el momento; es decir, la gratificación inmediata prevalece sobre las consecuencias negativas a largo plazo.
  2. La motivación para la tarea, que está directamente relacionada con el establecimiento de un objetivo/meta claros.
  3. La mala gestión del tiempo.

¿Qué podemos hacer para dejar de procrastinar?

  1. Identificar qué sentimientos nos producen las tareas que aplazamos (ahí suele estar la razón fundamental de la procrastinación). El objetivo final es encontrar la motivación para la tarea.
  2. Revisar nuestro diálogo interno, cómo nos hablamos, desterrando las excusas. Cambiar el “tengo que hacer” por “quiero hacer”.
  3. Gestionar el tiempo, incluyendo todo tipo de actividades, estableciendo unas prioridades y cumpliéndolas por encima de todo.
  4. Hacer una planificación de todas nuestras actividades diarias, incluyendo tanto las tareas “obligatorias” (trabajo, estudio, tareas del hogar, cuidado de los hijos,…) como las de ocio (hobby, relaciones sociales,…).
  5. Construir un entorno que nos facilite la concentración en la tarea que queremos realizar, libre de distracciones.
  6. Recompensar nuestros logros (la realización de las tareas): proporcionarnos reforzadores (cualquier “cosa” que sea agradable: actividad, comida, bebida,…).
  7. Acudir a un/a psicólogo/a si no lo conseguimos; nos ayudará ideando un plan a nuestra medida.

 

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