En psicoterapia se utilizan en ocasiones las metáforas porque nos proporcionan un cambio de perspectiva. Una perspectiva es una manera determinada de mirar un asunto. Las metáforas utilizan un lenguaje simbólico que actúa con gran fuerza sobre el inconsciente, aumentando la capacidad creativa de la persona que recibe y entiende la información transmitida, y aumenta la creación de alternativas para situaciones en las que la parte racional no es capaz de solucionar.
El siguiente cuento cumple esta función:
LAS LENTEJAS
Un día, estaba Diógenes comiendo un plato de lentejas, sentado en el umbral de una casa cualquiera. No había ningún alimento en toda Atenas más barato que el guiso de lentejas. Dicho de otra manera, comer guiso de lentejas significaba que te encontrabas en una situación de máxima precariedad.
Pasó un ministro del emperador y le dijo: “¡Ay, Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y a adular un poco más al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas”.
Diógenes dejó de comer, levantó la vista, y mirando al acaudalado interlocutor intensamente, contestó: “Ay de ti, hermano. Si aprendieras a comer un poco de lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador”.
Este es el camino de Diógenes. Es el camino del autorrespeto, de defender nuestra dignidad por encima de nuestras necesidades de aprobación.
Todos necesitamos la aprobación de los demás. Pero si el precio es dejar de ser nosotros mismos, no sólo es demasiado caro sino que además se convierte en una búsqueda incoherente: empezamos a parecernos a aquel hombre que buscaba su mula por todo el pueblo, mientras iba cabalgando… su mula.